He agradecido muchas veces estar educando en casa a los niños por la pandemia de Covid-19, creo que no es necesario explicar por qué. Estar en casa la mayor parte del tiempo no es para nosotros algo tan desconocido, pero nos ha traído algunas complicaciones, a las que hemos tenido que hacer frente. Aquí les cuento algunas dificultades y cómo hacemos para solucionarlas.
Encierro
Para mí ha sido lo más difícil de enfrentar. En
circunstancias normales salíamos mucho. Todas las mañanas empezábamos nuestras
clases con una salida a trotar. Y en las tardes, los niños realizaban talleres.
Estaban yendo a taller de teatro, de balonmano, mi hijo mayor estaba tomando
clases de piano y también estábamos introduciéndonos en el mundo de los scout…
Hasta que llegó la pandemia.
Obviamente nos costó adaptarnos, no tanto por la falta de
ejercicio como por dejar de tener nuestros momentos de socialización –no sólo
de los niños, sino míos también-, de ver a otro cara a cara, de compartir
alguna conversación, de descansar de la rutina. Para qué hablar de ir a visitar
a nuestros seres queridos, de los almuerzos familiares y todas esas cosas que
eran parte cotidiana de nuestra vida y ya no.
De a poco logramos tomar el ritmo a vivir así, no
acostumbrándonos, pero tratando de darle un sentido, una lógica. Entonces empecé
a salir a caminar a diario con los niños (con mascarilla y distancia social
obviamente), lo cual fue muy gratificante; llegábamos renovados por el sólo
hecho de ver algo distinto a la casa y por el ejercicio que hacíamos. Pero
cuando empezábamos a adaptarnos, decretaron cuarentena en la región donde
vivimos. Y aquí estamos, tratando de tomar de nuevo el ritmo a vivir así.
Ejercicio
¡No podríamos sobrevivir a la cuarentena sin ejercicios! Por
eso, los niños están practicando baile de lunes a viernes, con videos de
youtube de Kidz Bop. Son canciones que bailan unos niños y eso lo hace más
entretenido que videos de Zumba Kids, porque éstos son guiados por adultos. Del
comienzo de la pandemia hasta ahora, mis hijos han aprendido muchos pasos de
baile. ¡Además de hacer ejercicio, se han convertido en buenos bailarines!
Por mi parte, espero a que se duerman los niños para
practicar un video muy bueno de Zumba que dura 15 minutos pero trabaja todo el
cuerpo, activa la circulación y me deja transpirando. Está perfecto, porque
dura muy poco y lo que menos me queda es tiempo. Me gusta que el ejercicio sea
baile, me entretiene, porque si fuera aburrido, sé que me costaría más ser
sistemática…
Y ojo, que para que el ejercicio resulte, debe ser
sistemático y tener metas realistas, que pueden ir aumentando con el tiempo.
Más vale hacer poco ejercicio que nada. Cuando uno se pone metas muy altas, lo
más probable es que pronto deje de lado todo el ejercicio.
Aprender Inglés
Este año estábamos decididos a contratar un profesor para
que enseñara inglés a los niños. Pero la pandemia cambió nuestros planes. ¿Qué
más se puede hacer que tomárselo con calma y reinventar los planes? Como el
idioma inglés es una herramienta importante para entregarle a los niños,
decidimos intentarlo igual, pero de una manera lúdica acorde a las
circunstancias. Entonces, elegimos algunas series de Netflix que les gustan
(además de ser educativas) y ven un capítulo al día con audio y subtítulos en
inglés. También compramos algunos cuentos en inglés y se los leo. Hacemos
algunos juegos con vocabulario en algunas horas de comer, en que decimos
palabras en inglés y ellos deben decirlas en español. Y una vez a la semana
trabajamos vocabulario en inglés con textos.
Rutinas
Para nosotros una manera importante de sobrellevar el Homeschooling
ha sido tener rutinas estables y claras, y se ha vuelto especialmente necesario
ahora en época de pandemia y cuarentena. Tenemos horario para levantarnos, para
realizar las clases académicas, para hacer ejercicio, para almorzar, ver
televisión, jugar, cenar y acostarse. Pero sería de locos que todos los días
fueran iguales, entonces hemos elegido ciertos días en que se hace algo
distinto: los miércoles son noches de documentales, y los viernes y domingos
tenemos noches de películas. Esto se ha transformado en algo especial para los
niños; ellos anhelan que lleguen esos días, hay una espera, una ausencia de
algo y cuando ese algo llega son más felices y lo aprecian más. Debo confesar
que a mí también me encantan los días de documental y en especial los de
películas, porque aprovechamos de regalonear y comer cosas ricas.
En general, puedo comentarles que los niños no parecen aburridos,
es más parece faltarles el tiempo para todo lo que quieren hacer, han inventado
nuevos juegos de roles y se entretienen mucho jugando juntos. A veces, cuando
me lo permiten, jugamos algún juego de salón en las tardes o leemos algún
cuento acurrucados.