lunes, 1 de agosto de 2016

Escuela: el Lado Oculto de la Socialización


Casi nadie cuestiona la socialización que se genera en la Escuela, damos por sentado que es normal ir a la Escuela, porque es lo que todos hacen y no nos detenemos a pensar si lo que allí sucede está bien o no. A continuación, iluminaremos ese lado oculto de la socialización escolar.


No cabe duda que los compañeros de curso pueden aprender muchas cosas positivas a través de la relación con sus pares, pero queremos enfatizar que éstos también pueden influenciar negativamente en los demás niños. ¿Cómo sucede esto? 

En primer lugar, los niños pueden reforzar los prejuicios de sus pares, y como consecuencia mostrar una actitud desfavorable hacia las personas extrañas a su grupo (Papalia, 2010). Esto no deja de ser importante en la medida que resulte dañada la autoestima de otros niños. En este sentido,  algunos estudios concluyen que los niños al ser víctimas de discriminación por parte de sus pares, tienden a mostrar “síntomas de depresión o problemas de conducta en los siguientes 5 años” (Brody et al., 2006; en Papalia, 2010).

En segundo lugar, los compañeros pueden fomentar tendencias antisociales en sus pares; ya que éstos –en general- ceden a la presión del grupo. Para ejemplificar lo anterior, y citando a Hartup (1992),  suele ser en compañía de los pares que algunos niños roban en las tiendas y empiezan a consumir drogas (en Papalia, 2010).


Por otro lado, en el año 1979, Edward Wynne -Profesor Adjunto del Instituto de Educación de la Universidad de Illinois- ya había descubierto y descrito falencias de la socialización en la educación escolarizada (en Association for Supervision and Curriculum Development), argumentando que- en general- las Escuelas no preparan a los jóvenes para una adultez responsable.  Revisemos esas 4 falencias:

1. Los grupos de estudiantes en las Escuelas tienen la misma edad y casi siempre las mismas habilidades, mientras que de adultos debemos enfrentarnos a gente de diversas edades y habilidades.

2. En las Escuelas, los jóvenes están rodeados de otras personas, pero las relaciones entre ellas son limitadas y transitorias, pudiendo ser comparadas con las de un viaje en bus, según Wynne. De esta manera, no se prepara a los niños para las relaciones más intensas y significativas que tendrán que enfrentar en la adultez.

3. Los estudiantes de las escuelas no son preparados para dar o sacrificar algo en pro de la Escuela o de los demás estudiantes, actitudes requeridas en la familia, comunidad y lugar de trabajo.

4. Tampoco se les entrega poder o responsabilidad sobre otros, habilidades necesarias en la paternidad y el trabajo.


Finalmente, quiero iluminar otro problema respecto de la socialización entre pares en la Escuela, que es la mediación de sus conductas o la falta de ésta. Es muy importante practicar la mediación de las conductas en la socialización entre pares, esto hace posible que el aprendizaje de valores morales sea significativo, y no sólo enseñado como una materia de clases que olvidarán al cerrar sus cuadernos. Si bien las escuelas son una instancia innegable de socialización, ya que los pares se encuentran juntos, es muy difícil mediar sus conductas, tanto en las clases porque son –por lo general- más de veinte estudiantes, como en los recreos, ya que además de ser numerosos los estudiantes, no es posible observar todo lo que sucede y a veces en vez de generarse valores positivos a través de las experiencias sin mediar, se aprenden anti-valores. Si a las dificultades anteriores, sumamos los intereses exitistas de la mayoría de las Establecimientos Educacionales prestigiosos, por lograr buenos resultados en las mediciones de rendimiento del Gobierno, la educación social de los niños queda aún más desatendida.


Podríamos seguir revisando mucho material disponible en internet acerca del lado oculto de la socialización en la Escuela, pero no necesitamos más para preguntarnos ¿Creen que sus hijos socializarían mejor con sus pares en la Escuela que realizando Homeschooling?

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